- Dios, LeeLaBiblia, mes de la madre, relación con Dios
- Claudia Camargo
Cuando no entiendas el amor de Dios, pregúntale a tu mamá cuánto te ama

Hay días en los que te cuesta creer que Dios te ama.
Días en los que todo lo que hiciste fue sobrevivir.
Días en los que no fuiste fuerte, ni valiente, ni hiciste las cosas bien.
Solo fuiste tú. Con tus silencios. Con tus cansancios. Con tus culpas. Con tus grietas.
Y entonces, tal vez, alguien te dice que Dios es tu Padre…
Pero tú tienes heridas de ese nombre.
Entonces, escucha esto:
Dios, que es Espíritu, también se ha revelado con imágenes maternales.
Sí, en la Biblia.
Sí, en la fe que sostiene al mundo desde hace generaciones.
Dios se compara con una mujer que da a luz (Isaías 42:14),
con una madre que consuela a su hijo (Isaías 66:13),
con una que no puede olvidarse del hijo de sus entrañas (Isaías 49:15),
Jesús, en su llanto sobre Jerusalén, expresa ese amor con una imagen profundamente materna: “¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos bajo sus alas!” (Mateo 23:37).
¿Puedes imaginar ese amor?
Ese que vela por ti aunque no lo veas.
Ese que no se cansa aunque tú te canses.
Ese que, como tu mamá, te ama no porque hiciste algo bien… sino porque eres suyo.
¿Recuerdas a tu madre llorando por ti?
¿Esperando despierta mientras tú no llegabas?
¿Orando bajito, apretando su corazón entre los dedos, sin decir nada, pero amándote como si fueras su vida entera?
Eso.
Eso es un espejo tenue, frágil, limitado…
Pero eso es lo que se parece al amor de Dios.
Dios no solo es el Pastor que te guía.
También es como una Madre que te lleva en brazos cuando tus piernas no dan más.
Y si alguna vez dudas…
Si alguna vez sientes que no vales, que no puedes, que no mereces…
Mira a tu mamá.
O recuerda a esa mujer que fue mamá para ti.
Y pregúntale:
¿Cuánto me amas?
Y cuando ella te diga “más que a mi vida”…
Entonces sabrás un poco de lo que significa que Dios te ama así.
“¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? Aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré.”
— Isaías 49:15
Dios te ama con ese amor que consuela, que espera, que no olvida… como el de una madre. Pero aún más.
Con amor que no suelta.
Con amor que canta en la noche.
Con amor que cocina cuando nadie agradece.
Con amor que guarda cartas, fotos, dibujos y sueños.
Con amor que te sostiene aun cuando tú ya no puedes sostenerte.
Hoy, dale gracias a Dios por tu madre.
Y si tu madre, como la mía, ya no está, recuerda:
Dios ha prometido amarte con un amor así, incluso más grande.
Un amor que no se rompe.
Un amor que no se va.
Autor:
Sergio Ramírez
PhD
Director de interacción bíblica
Sociedad Bíblica Colombiana