Se centra en la importancia de la oración en la vida del predicador y su ministerio. El autor ofrece una reflexión profunda sobre cómo la oración no solo es esencial para la preparación del mensaje, sino también para la vida espiritual del predicador. A través de este libro, se subraya la necesidad de depender completamente de Dios para la predicación efectiva, asegurando que el mensaje sea dirigido por el Espíritu Santo y no por esfuerzos humanos.